la violencia sexual como arma de guerra

Cuando hablamos de guerras, nos viene a la cabeza un conflicto bélico con armas, tanques, aviones de combate, misiles, drones, etc. Pero nos olvidamos de otra arma de guerra, de la cual se habla muy poco, pero es de las armas de guerra más extendidas en los conflictos armados contemporáneos: la violencia sexual. Su eficacia como instrumento de terror colectivo e individual de manera simultánea explica en parte su presencia en un elevado número de contextos afectados por la violencia armada y política.

 

El uso de la violencia sexual por parte de actores armados es una forma de dominación masculina, pero no es solo una forma de demostrar quién detenta poder, es la materialización de la dominación sobre la persona, sobre un grupo humano particular, conformado por mujeres y niñas, porque como siempre pasa, los delitos sexuales no son cometidos por hombres que están enfermos o que han perdido el control, como el hombre lobo.  Pero esta llamada “pérdida de control”, como dice Consue Ruiz-Jarabo, en realidad es controlada. El hombre violento agrede cuando la mujer es más vulnerable, cuando no hay nadie que la pueda ayudar, en situaciones de mayor aislamiento. Por tanto, es un lobo que puede controlar y decidir el momento y el lugar del ataque.

“El cuerpo de la mujer, que es considerado propiedad masculina y propiedad de la sociedad es el medio para transmitir un mensaje de humillación y poder al enemigo.”

Megan Mackenzie (2010). 

Mediante el cuerpo de las mujeres, no solo se ejerce un control sobre ellas, sino que este control se hace extensivo a toda la comunidad enemiga. Las mujeres víctimas de la violencia sexual evidencian el poder que sobre su sociedad tiene el enemigo. 

 

La violencia sexual cometida en el contexto del conflicto armado es tan antigua como la guerra misma, pero se ha usado de diversas formas y con propósitos diferentes a lo largo de la historia. Y aunque es una violencia ejercida desde siempre, durante las guerras de los Balcanes y el genocidio de Rwanda hizo que este asunto adquiriera una mayor notoriedad en el ámbito internacional. Las guerras en Bosnia y Ruanda pusieron de manifiesto la realidad de las violaciones sistemáticas en tiempos de guerra en el presente y en la historia. Nunca se tendrán cifras ciertas sobre estos hechos, el sentimiento de vergüenza de las víctimas mayoritariamente las mantendrá en silencio y, también, a estas violaciones, en numerosos casos, les sigue el asesinato. 

 

Las mujeres de confort de Corea del sur (1910).

 Bibliografía

Jiménez, Nayibe Paola (2012). Violencia sexual: la guerra en contra de los derechos de las mujeres. Universidad Autónoma de Colombia.